Edward Lionheart (Vincent Price) es
un reputado actor shakespeareano se ve defenestrado por críticos imbéciles que
por su carácter tonto se hacen acreedores a muertes realmente clásicas. Es la
fantasía primigenia de la venganza del artista contra su verdugo: el Crítico.
Desde que comenzó el arte, hubo críticos. Ellos podrían ser definidos como
aquella criatura capacitada para opinar sobre cualquier cosa posible (no solo
arte). La película en cuestión nos muestra en tono de comedia negra este viejo
dilema, mostrando una serie de crímenes macabros, cada uno de los cuales está
sacado de obras de Shakespeare.
Claramente inspirada por 2 películas
previas de Price (The abominable Dr. Phibes y Dr. Phibes rises again) y producida
por la United Artist, Threatre of Blood
nos presenta una de las mejores interpretaciones del gran Vincent, en un papel
a su medida. En su papel como Edward Lionheart cumple el sueño de cualquier
actor que se precie de serlo: el de interpretar a ocho personajes de
Shakespeare. Y de manera magistral, debo añadir.
Por increíble que suene, el resto
del elenco esta a la altura de Price. Entre ellos se encuentran Diana Rigg como
Edwina Lionheart e Ian Hendry como Peregrine Devlin, quienes habían participado
en la serie de culto británica “The avengers”.
Reconocidas figuras del escenario
teatral como Robert Morley, Jack Hawkins, Harry Andrews y Michael
Horden accedieron a participar del film como resultado de su admiración
por el talento de Price.
Como dato curioso, Vincent Price
conoció a su tercer y última esposa Coral Browne en esta película, en la que
interpretaba a la crítica Chloe Moon.
El guión es genial, combinando
terror con el humor más negro, y hace que el espectador sienta admiración ente las
andanzas de Lionheart y odio hacia los despreciables críticos que no quisieron
reconocer su talento.
Un aspecto del que no suelo
hablar son las locaciones, pero en esta película están tan soberbiamente
elegidas que debo mencionarlas. El escondite de Edward, el Teatro Burbage,
donde el actor representaba sus obras para borrachos y vagabundos, era en
realidad el hipódromo Putney de Londres, construido en 1906 y a punto de ser demolido
en el momento de la filmación.
La tumba de Edward es un
monumento real en el cementerio de Kensal Green, Londres, perteneciente a la
familia Sievier. Este muestra las figuras esculpidas de un hombre sentado, con
una mano colocada sobre la cabeza de una mujer de rodillas en adoración,
mientras que la otra sostiene la Biblia, con sus páginas abiertas en un pasaje del
libro de Lucas. Este
monumento fue alterado para la película mediante la aplicación de máscaras de
yeso de Price y Rigg en sustitución de los reales de la estatua, la Biblia se
convirtió en un volumen de Shakespeare, y hay un grabado adecuado en la parte
delantera con el nombre de Lionheart y las fechas.
La bodega donde trascurre el
asesinato basado en “Ricardo III” era una bodega abandonada cercana al Támesis.
Como consecuencia de una fuga de agua, se havían formado estalactitas y era
demasiado oscuro, por lo que se debió iluminar con cientos de velas. El
resultado final le encanto a Price, quién
en una entrevista afirmó: “Uno no podría construir un set como ese ni en cien
años”.
Claro, el film tiene algunos
detalles poco creíbles como que al disfrazarse de policía en el asesinato
inspirado en Othello nadie lo reconociera, o el hecho que a pesar de su edad demuestre
tanta habilidad para la esgrima y este a la altura de alguien más joven. Pero
estos detalles no le restan calidad a la obra en absoluto.
Una gran película que no ha
envejecido un ápice con el transcurrir del tiempo. No sin razón era una de las
películas favoritas de Price.