Jack Crow es el líder de un grupo
de Cazadores de Vampiros contratados por el Vaticano. Durante la celebración de
la exterminación de un nido de vampiros en Nuevo México los cazadores son
sorprendidos por Valek, un vampiro maestro, y masacrados.
Los únicos sobrevivientes son
Jack, Montoya (Daniel Baldwin) y una prostituta mordida por Valek que comparte
un lazo psíquico con él. Ahora ellos, junto al padre Guiteau (Tim Guinee),
deberán evitar que el vampiro se haga con una reliquia que le permitiría
caminar a la luz del sol.
Basada muy por encima en la
novela Vampire$ de John Steakly, Vampiros es una de las películas más flojas de
John Carpenter. ¿Por qué digo esto? Bueno, hay varias razones.
Cualquiera que haya visto películas
de vampiros sin brillantina sabe que estos son criaturas salvajes, con habilidades que sobrepasan por mucho a la de
los humanos. Con enemigos tan formidables, uno esperaría que un equipo dedicado
a cazarlos fuera extremadamente eficiente. Este no es el caso. En el equipo de
Jack Crow, a excepción de él y Montoya (y hasta por ahí), no hay uno que no sea
idiota hasta limites insospechados. Al entrar a un nido de vampiros, hacen
demasiado ruido y no tienen ningún tipo de orden, quedando expuestos a cualquier
ataque. Terminado el trabajo, y pese a la extrañeza de Crow de no haber
encontrado a ningún maestro, bajan la guardia para “festejar”. Al verlos
desempeñarse tan torpemente no puedo evitar conjeturar que los integrantes del
equipo son antiguas “indiscreciones” de algún cura cariñoso a los que la
Iglesia quiso indemnizar dándoles un “trabajito”.
Luego está la personalidad de
Jack Crow, que es el típico antihéroe de Carpenter que siempre esta golpeando a
alguien, soltando un chiste o ambas a la vez. Lo malo es que el papel le queda
grande a Woods, esta a años luz del mítico Snake Plissken, por dar un ejemplo. No
es gracioso verlo pegarle al padre Guiteau o escuchar sus bromas. La mayor
parte del tiempo me quedaba mirando a la pantalla y preguntándome: “¿Esta
tratando de ser gracioso?”. Sólo una frase salida de la boca de Jack me causo
gracia: “¿Haz visto a un vampiro? No son románticos, ¿OK? No son una banda de
maricones paseando con ropas alquiladas y seduciendo a todo lo que se le cruce
con un falso acento europeo.” (Y porque inmediatamente lo asocie a los pseudo
vampiros que brillan al exponerse a la luz solar).
En lo tocante a la manera de
matar a los vampiros creo que deberían haber sido más inventivas, porque
resulta tedioso ver una y otra vez a las criaturas ser arrastradas hacia la luz del sol para estallar en llamas. Y la
combustión tampoco me convence. ¡Inclusive en una escena se pueden apreciar las
bengalas que debían simular la combustión del vampiro! Para cuando salió esta
película Buffy ya llevaba 2 temporadas mostrando como debían desintegrarse los
vampiros. Y el mismo año también salió Blade.
Pero esta película también tiene
sus cosas buenas.
Como es de esperarse de una
película de Carpenter, la banda sonora es espectacular (Especialmente en la
escena donde Jack debe enterrar a sus compañeros) y estéticamente recuerda a los spaghetti westerns.
Las escenas de acción y gore están
bastante bien llevadas.
El villano tiene una de las
mejores introducciones posibles, y en algunos momentos intimida.
Hay un momento de la película que
eleva a Jack Crow. Sabemos tanto por el padre Guiteau como por el mismo Jack
que no dudó en asesinar a sus padres una vez que se convirtieron. Y sabemos por
la película que es un tipo cínico que no tiene fe en nada. Sin embargo, al enterarse que su amigo ha sido
mordido anteriormente y aún así lo estuvo ayudando todo el tiempo, lo deja
escapar dándole unos días de ventaja. Aunque eventualmente lo vaya a ir a cazar
porque es una amenaza para la humanidad sigue siendo su amigo y quiere que al
menos disfrute unos días junto a su nueva compañera.
Otro punto que me gusto fue el
origen de los vampiros. La aparición de estos monstruos sobre la faz de la
tierra es culpa de la Iglesia Católica que metió la pata durante un exorcismo.
Y también que retomaran la idea
del lazo psíquico entre el vampiro y sus victimas.
En definitiva, Vampiros
entretiene a pesar de sus errores pero esta muy lejos de la calidad a la que
nos tenía acostumbrados Carpenter.