Los habitantes de una pequeña
localidad minera deciden celebrar el día de San Valentín por primera vez en 20
años. Se dejaron de organizar festejos porque en esa fecha, dos décadas atrás,
se produjo un accidente en la mina, debido a que los responsables de la
seguridad de la misma se encontraban en la fiesta. El único minero
superviviente mató a los culpables y advirtió a la ciudad de que nunca se
volviera a celebrar San Valentín.
Clásico canadiense del slasher
realizado en 1981. La película es conocida por la censura que sufrió para
lograr pasar los requerimientos de la MPAA, perdiendo en el proceso 9 minutos
de metraje. Afortunadamente, la salida
de la remake trajo aparejada la liberación de la versión integra, sin censura
de la original.
Las actuaciones son naturales,
parecen habitantes de un pueblo minero y no actores. Todos los personajes son
carismáticos, lo que hace que el espectador se preocupe por lo que les vaya a
suceder. Claro, tienen sus momentos de estupidez extrema (¿a quién se le ocurre
realizar la fiesta de San Valentín en el lugar que desató la tragedia original
a pesar de la prohibición de la policía y con el asesino suelto?), pero siguen siendo
simpáticos. Además, es una de las pocas películas donde los adolescentes con
las hormonas a pleno se preocupan por el uso de preservativos (por no decir la única).
El triangulo amoroso se ve
bastante natural, no como el de la remake.
Las muertes (en la versión sin
censura, claro) son bastante graficas y espectaculares. Mi escenas favoritas son
el hallazgo en el lavarropas y el asesinato en las duchas.
El asesino ataviado con traje de
minero y armado con una pica hace su trabajo de manera rápida, brutal y eficiente.
El tramo final de la película no
tiene desperdicio. La masacre en la mina, la persecución, la revelación de la
identidad del asesino y el final abierto (para una secuela que nunca llegó)
cierran con una alta nota una película sumamente entretenida.
La música es bastante adecuada, siendo
la mejor de todas es The ballad of Harry Warden, que acompaña los créditos.
Si encuentran la versión sin
censura de Lionsgate denle una oportunidad, se la merece. Y eviten la versión
censurada, se pierde demasiado como para que valga la pena.